¿Cuáles son los pendientes que tenemos a nivel social y organizacional para avanzar hacia un modelo de asistencia personal? Te lo contamos a continuación.
Contacto: Jose Mª Jiménez LalandaOrganización: Oficina de Vida Independiente de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo
Lugar donde se desarrolla: Comunidad de Madrid, España
Sin dudas, existen diversos retos y transformaciones que deben darse aún. Para José María, Director de la Oficina de Vida Independiente de la Comunidad de Madrid, uno de ellos se da a nivel social. En este sentido, considera que la visión que tiene la sociedad de las personas con discapacidad, se determina por la participación de las personas en el entorno. “No podemos pedirle a la sociedad que cambie de visión si las personas no están en la calle, eso me parece clave. Yo creo que el proceso no puede ser que cambie la visión de la sociedad y luego que cambien los modelos de atención a las personas con discapacidad, sino que el proceso tiene que ser al revés. Cambiar los modelos de atención a las personas con discapacidad (que es una responsabilidad de las administraciones públicas, de las entidades, de las ONGs o las entidades que trabajan con personas con discapacidad, etc),, para que luego la visión de la sociedad cambie. Porque si no, es imposible.
Y esto implica un cambio de perspectiva, o de orden de prioridades. Un ejemplo que expresa José es el del responsable de un club deportivo que dice no tener entre sus inscriptos a ninguna persona con discapacidad pero que nadie se opondría a que esta persona participe de las actividades. “Es decir, la visión de la sociedad en ese caso está cambiada porque no les importaría que hubiera una persona con discapacidad, pero si no tienes un servicio de apoyo para que esa persona pueda ir al club deportivo, pues entonces por mucho que la visión de la sociedad cambie si no cambian los modelos de apoyo, es complicado”, sintetiza.
El camino por un lado, parece ser implementar y mejorar los servicios de apoyo para que las personas con discapacidad estén presentes, se movilicen en el entorno, sean protagonistas. Por otro lado, el desafío, según José María, es cambiar el modelo de atención en la administración pública, las organizaciones sociales, los diversos entes. Si se tiene en cuenta que los recursos son limitados y que gran parte se dirige a financiar un modelo institucional “es muy complicado reorientar la financiación de las instituciones a otros recursos. Si bien los dos modelos pueden convivir durante un tiempo, (el de instituciones y el de asistencia personal), no pueden mantenerse, porque los recursos no se pueden duplicar”. Es decir, que se deben orientar a una cosa o a la otra.
Ocurre, entonces, que “hay muchos intereses creados porque hay muchas entidades y muchas empresas que están gestionando instituciones, entonces pues, o bien las empresas no encuentran el negocio con otros modelos de apoyo o no saben encontrarlo”, concluye José.
Camino a una presencia social independiente
Por último resaltar que, en este camino de desinstitucionalización, desde la OVI también se ofrece un servicio de orientación y apoyo para el acceso a la vivienda. “Si bien sabemos que la vida independiente no condiciona la vivienda independiente, sí creemos que existe un handicap en la posibilidad de acceder a una vivienda normalizada por parte de las personas con discapacidad. Y en muchos casos vemos que hay recursos que, bien gestionados, servirían para que la persona viviera en su casa de manera independiente”.